En la tarde del pasado martes, se llevó a cabo en las dependencias del colegio Enrique Soler un singular y atractivo taller de reciclaje. La temática no era otra más simple que realizar pulseras con las chapas de las latas de refrescos. Un grupo de alumnas capitaneadas por la señorita Irene Antón y, escoltados por un grupito de padres, se atrevieron a realizar unas verdaderas joyas medioambientales dignas de exponerse en cualquier joyería de la Ciudad. Una treintena de chicos y chicas compartieron más de una hora de aprendizaje, de risas y sobre todo de reciclaje. Durante el tiempo que duró la actividad se pudo presenciar como las alumnas mayores eran las que enseñaban a dar los primeros pasos del proceso a más pequeños, que les atendían como a verdaderos maestros, es sin duda, un buen ejemplo de cooperación. Este taller está enmarcado en todas las actuaciones que va a realizar este centro para convertirse en Ecoescuela y hay que resaltar que los alumnos del centro fueron los que recogieron las chapas y la depositaron en un contenedor improvisado para la ocasión. El objetivo de la actividad es reducir en la medida de lo posible los desechos de aluminio debido a lo contaminante que es para el planeta; una lata tarda unos 500 años en desintegrarse.
La experiencia fue tan enriquecedora que se ha acordado realizar la experiencia en alguna otra ocasión.
El Director del programa Ecoescuela en el Centro, Antonio Aguilar, aprovechó la ocasión para felicitar a los colaboradores por su trabajo, y sobre todo a las alumnas Marisa, Nour, Marta y Sara por haber tenido tan fantástica iniciativa.
Sara, Marta, Candela, Marisa
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